Antes de entrar verdaderamente en el tema, les comentaré que si algo me motiva a escribir estas columnas es precisamente que los lectores conozcan sobre los mismos acertadamente, ya que a veces pueden resultar desconocidos para algunos y poco conocidos por otros. En ocasiones resulta, que se comentan por personas que sin formación técnica o profesional en ciencias médicas y veterinarias, dan criterios desde sus experiencias sin basamento científico alguno y eso puede traer determinadas consecuencias, en particular: desinformación.
Escuché hace unos meses, a una persona decir que la toxoplasmosis estaba en extinción en nuestro país, por lo que no era ningún problema criar gatos, cuando realmente los felinos juegan un papel en la transmisión de la enfermedad. Lo que más me llamó la atención, fue el uso erróneo del término extinción.
En epidemiología, cuando de enfermedades se trata, se emplean los términos eliminación o erradicación, según sea una u otra, la definición apropiada. Eliminar es el verbo adecuado para expresar que una enfermedad por lo general infecciosa, deja de estar presente en un determinado espacio geográfico, como por ejemplo, un país o territorio. Por su parte, erradicar se utiliza como eliminar por completo una enfermedad, es decir se refiere a la desaparición completa en todo el mundo o al menos en un continente. Un ejemplo preciso puede resultar, la viruela. Pero extinción, no es un término empleado en el ámbito sanitario respecto a las enfermedades infecto-contagiosas.
Para que usted conozca más sobre la Toxoplasmosis, vamos a entrar en materia y para ello comenzaremos comentando, que es una enfermedad de amplia distribución mundial, que puede afectar a los mamíferos y a las aves y que es común en los seres humanos.
El agente infeccioso es el Toxoplasma gondii, de ahí su nombre Toxoplasmosis y se trata de un protozoo coccidio intracelular que completa la fase sexual de vida en los gatos. Los hospederos definitivos de T. gondii son los gatos y otros felinos, que se contagian a partir de la alimentación, al comer aves y mamíferos, en particular roedores infectados, los que también pueden haber ingerido los oocistos (quistes propios del parasito) de la tierra contaminada con heces fecales de gato, al lamerse o acicalarse.
Los hospederos intermediarios de T. gondii son ovejas, cabras, roedores, cerdos, bovinos, pollos y otras aves. Todos estos animales pueden resultar portadores de la forma infectante del parásito enquistada en los tejidos, especialmente en músculos y en encéfalo.
Esta enfermedad sistémica, puede resultar a menudo asintomática, puede también presentarse con un cuadro clínico agudo caracterizado por linfadenopatía (ganglios que se hinchan y agrandan), con fiebre y linfocitosis (aumento de la cantidad o proporción de los linfocitos en la sangre) que persisten durante días o semanas.
La toxoplasmosis tiene cierta sintomatología cuando se presenta en personas inmunodeprimidas como los pacientes seropositivos al VIH y también en su presentación primaria en mujeres embarazadas, que puede ocasionar infecciones en el feto, pero dejemos que en estos casos los que tengas sospechas o sean pacientes, ante sus posibles afecciones de este tipo, acudan a sus respectivas consultas y sean debidamente valorados por sus galenos.
En el caso de la toxoplasmosis no hay transmisión directa de persona a persona, salvo en el caso de transmisión intrauterina. Los oocistos arrojados por los gatos esporulan y resultan infectantes de uno a cinco días después y pueden mantenerse así durante un año en el agua o en la tierra húmeda. Los quistes en los músculos de los animales infectados pueden permanecer infectantes mientras la carne sea comestible y se mantenga cruda.
En cuanto a la susceptibilidad a la infección se puede decir que es general. Según estudios, se adquiere inmunidad fácilmente y la mayor parte de las infecciones son asintomáticas. Se plantea que se desconoce aún la duración y el grado de la inmunidad, aunque se considera que es prolongada o permanente, y que los anticuerpos persisten por años y tal vez de por vida.
Es preciso aclarar que no es necesario evitar o impedir que los gatos convivan en casa, como mascotas y en familia, se trata de conocer la enfermedad, saber cómo prevenirla, evitar los efectos indeseables que la enfermedad produce y así ser más sanos, los felinos y nosotros.
Enfermedades, zoonóticas, Toxoplasmosis
Enlaces:
[1] http://www.cubadebate.cu/noticias/2025/06/29/enfermedades-zoonoticas-toxoplasmosis/
[2] http://www.cfg.sld.cu/sites/www.cfg.sld.cu/files/imagenoticia/96/ao10-t1.jpg