Perfectamente pulida, capaz de reflejar como espejo a quien la sostiene y lee con detenimiento un pequeño pero valioso detalle grabado sobre la superficie metálica: “Hecho en Cuba”.
El doctor Roberto Balmaseda Manent muestra con orgullo la prótesis parcial de cadera fruto de su ingenio y el de un equipo que le siguió en el desafío de crear y materializar este aditamento, cada vez más necesario en la ortopedia cubana ante la realidad demográfica de una sociedad altamente envejecida y las persistentes limitaciones financieras del país para acceder a estos insumos.
El objeto que ahora tiene entre sus manos es capaz de suplir partes de la articulación de la cadera que han sido dañadas y aliviar el dolor que ello provoca, pero es más que eso. Es la demostración de que con empeño y trabajo conjunto, los sueños más desafiantes pueden concretarse en la virtud de la utilidad.
De esa bondad disfruta hoy Marianela, una habanera de 65 años quien sufrió una caída mientras cuidaba a una anciana a su cargo, y se fracturó justamente la cadera. A solo 24 horas de operada, ya está de pie, puede sentarse, y con mucha seguridad dice: “la terapeuta dijo que entre más me siente más rápido me recupero”.
Cerca de ella, María Eugenia Hernández, una pinareña de 81 años, escucha esperanzada a su colega de cuarto. Su turno de operarse es al día siguiente y recibirá también una prótesis para corregir la fractura que ahora la mantiene encamada.
Sobre el buró de la dirección del Hospital Ortopédico Docente Fructuoso Rodríguez, institución que dirige el doctor Balmaseda, hay dos certificados de la Academia de Ciencias de Cuba. En uno, consta como Premio Nacional al resultado de la investigación científica la “Prótesis parcial de cadera”; en el otro se certifica como Premio Nacional al resultado de la investigación científica la “Innovación tecnológica con fijador externo plástico óseo para fracturas intertrocantéricas”.
Por este último, apunta, comenzó todo en plena pandemia de covid-19.
Con el fijador— explicó a Cubadebate el Especialista de II Grado en Ortopedia y Traumatología, Doctor en Ciencias, profesor e investigador titular—ocurrió algo muy interesante: empezaron a llegar pacientes infectados de SARS-CoV-2 con fracturas.
“Eran los mismos ancianos, la misma cantidad o incidencia de fracturas de cadera que había antes, pero esta vez venían con covid. Muchos llegaban anémicos, escaseaba la sangre para operarlos, ya que las donaciones en este escenario epidemiológico habían disminuido también.
“Se nos creó un gran problema. Este cuadro impedía que se pudieran operar, aumentando el dolor y el riesgo de fallecimiento. Así que decidimos hacer estos fijadores externos, que son posibles de colocar a través de pequeñas incisiones para los cuatro clavos que lleva. No era necesario aportar sangre, y la anestesia era regional, lo que permitía trasladarlos a la sala o a los centros de internamiento para covid posteriormente”, refirió el especialista.
Así, subrayó, se empezó a dar solución con el fijador a las fracturas de cadera.
“Es un proceso rápido; colocar un fijador no toma más de 15-20 minutos. En este momento, es lo que estamos usando mayormente, porque en el país hay escasez de insumos para la fijación ortopédica”, señaló.
El doctor Balmaseda Manent apunta entre las ventajas del fijador el hecho de que es reutilizable. “La parte plástica la fabrica la industria militar, usando polipropileno de alta densidad, el cual tiene la característica de aislar el resto de los materiales, evitando la continuidad de las corrientes galvánicas. Cumple con los principios de fijación externa a nivel mundial”, asegura.
Los pacientes lo utilizan entre seis y ocho semanas, hasta que las fracturas consoliden. Luego se retira, se esteriliza y se destina al próximo paciente.
Es el tiempo con el cual Solfina, una paciente de 85 años pasará con este aditamento. Sonríe mientras señala con una mano el lugar donde se le colocó un fijador. “Me siento bastante bien ahora”, comparte, aliviada del dolor, al tiempo que agradece el trato cariñoso del personal del hospital.
De acuerdo con el doctor Balmaseda, los fijadores más populares utilizados en el mundo cuestan aproximadamente 5 000 dólares. “Ese es el valor de fijadores alemanes y suizos, muy buenos, pero que no están a nuestra disposición. Por los excelentes resultados en su utilización, este fijador cubano fue premiado por la Academia de Ciencias de Cuba. Se ha generalizado a otras instituciones. Es un método mínimamente invasivo que asegura una sólida estabilidad mecánica en la fractura y facilita una pronta movilización”, detalló.
Prótesis de cadera: Ciencia y voluntad “hecho en Cuba”
Enlaces:
[1] http://www.cubadebate.cu/especiales/2025/02/05/protesis-de-cadera-ciencia-y-voluntad-hecho-en-cuba/
[2] http://www.cfg.sld.cu/sites/www.cfg.sld.cu/files/imagenoticia/95/2_-_copia_18.jpg