La importancia del autofocal laboral, una acción que debe realizarse cada siete días en los centros de trabajo para destruir los posibles focos del mosquito Aedes aegypti, fue resaltada por la viceministra de Salud Pública, doctora Carilda Peña García, en entrevista exclusiva para Trabajadores.
Ante la situación actual de una elevada trasmisión en el país del dengue y el chikungunya, enfermedades causadas por ese vector, Peña García profundizó en el papel que corresponde a los colectivos de trabajadores para contribuir a frenar su trasmisión.
“Cada siete días, como resultado del ciclo reproductivo del vector, pueden nacer nuevas camadas de mosquitos. Si se eliminan los potenciales criaderos con esa periodicidad, se impide su reproducción y es posible un mayor control de la infestación”, argumentó la viceministra.
“Ese autofocal en el ambiente laboral nos está fallando y es un llamado que estamos haciendo”, enfatizó.
Entre los organismos que más focos de mosquitos están presentando, la doctora enumeró a Educación, Comercio Interior, Transporte y la Construcción. Ello ocurre tanto por el número de instalaciones que poseen, como por las características de estas, con extensos espacios abiertos o la generación de residuos que puede propiciar la propia actividad que realizan.
Explicó que se realiza un análisis semanal de las estadísticas diarias, con los centros de trabajo que son positivos al vector y las acciones para eliminar los focos, una tarea que en primer lugar corresponde a los trabajadores conducidos por la administración y el sindicato.
La funcionaria amplió que la acción adulticida o de fumigación, como se le conoce por la población, no se está haciendo al 100 por ciento de los centros, pero el tratamiento focal que hace el operario al revisar los tanques y echar el abate o insecticida se tiene que realizar cada 22 días, aunque en lugares rurales u otros con menor riesgo puede ser más espaciado.
El abate es un insecticida de probada efectividad para la forma larvaria del vector, y no debe sacarse del depósito cuando este se limpia o se recambia el agua, lo cual es una de las prácticas incorrectas que están provocando la focalidad, observó Peña García.
Insistió en la importancia de mantener seguros todos los centros de producción y servicios, donde los trabajadores permanecen ocho horas o más, por lo cual podrían estar expuestos a la picadura del mosquito en su puesto de trabajo. “Es imprescindible que el entorno laboral esté libre del mosquito Aedes aegypti y de otros vectores”, recalcó.
Advirtió que el mosquito por lo general pica en las primeras horas de la mañana y al atardecer, horarios que pueden coincidir con los traslados o la estancia en los colectivos laborales, aunque también pican en el día.
En específico sobre el chikungunya, virus que tiene ahora una elevada circulación en el país, afirmó que no provoca un cuadro clínico como el dengue en lo referido a formas graves, críticas o fallecimientos; pero produce una discapacidad temporal que realmente hace que los trabajadores no puedan asistir a su centro laboral.
El periodo de evolución post-aguda de esa enfermedad puede alcanzar incluso hasta 90 días, indicó. No todo paciente estará afectado por ese tiempo, pero es un periodo prolongado donde pueden permanecer sintomatologías como dolor en las articulaciones, inflamación, contracciones musculares, decaimiento, y un estado que no permite el movimiento de manos y pies, lo cual hace que la persona tenga que dejar de trabajar.
La funcionaria explicó que estas arbovirosis son enfermedades que van a acompañarnos en Cuba, porque su trasmisión es por un vector que tiene en nuestro país las condiciones naturales para reproducirse y permanecer, el mosquito Aedes aegypti.
Por el ciclo reproductivo y de vida de este mosquito, después de que la hembra pica a una persona requiere un periodo de reposo para la maduración de los huevos. Tanto en los hogares como en los centros de trabajo hay que ordenar y limpiar bien, para interrumpir ese reposo que puede ocurrir debajo de las mesas, en armarios, en rincones silenciosos preferentemente.
Cuando madura sus huevos, el vector sale a ponerlos preferentemente en depósitos con agua limpia, por eso es en extremo necesario mantener los depósitos seguros. “Solo con una hembra que deposite sus huevos se puede generar la cantidad suficiente de mosquitos para permitir la trasmisión dentro de una vivienda o centro de trabajo”, señaló.
De no encontrar el depósito ideal, puede poner sus huevos en cualquier lugar donde haya agua. Por lo tanto, hay que zanjear, canalizar, resguardar de la lluvia cualquier depósito artificial, que puede ser desde una tapa de botella, una lata, un vaso, un neumático, hasta las oquedades de los árboles o los cascarones de huevos de gallina.
“Es ahí donde estamos encontrando los focos de mosquitos en los centros de trabajo. La mayoría están en depósitos no protegidos y artificiales. Por eso hay que mantener los entornos limpios y los depósitos seguros”, insistió.
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