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Fumar es una adicción

Fumo para quitarme la ansiedad”. “Vivo solo con mi madre anciana y desde que dejé de fumar puedo invertir el dinero que destinaba a comprar cigarros en cosas más necesarias para la vida”. “No tengo interés en dejar de fumar, de algo hay que morirse”. “Me ha sido imposible abandonar el hábito, lo he tratado de hacer varias veces, pero vuelvo a caer en lo mismo”.

Son diferentes criterios en torno a un asunto muchas veces abordado, pero siempre necesario de retomar por la incidencia que tiene en la salud y para orientar a los fumadores y los no fumadores, por lo cual entrevistamos a la doctora Elba Lorenzo Vázquez, jefa nacional del Programa de Prevención y Control del Tabaquismo, quien nos demostró que siempre se puede conocer más sobre el tema.

¿Combatir la ansiedad o ansioso por fumar?

A los fumadores les es muy difícil abandonar este consumo porque se trata de una adicción debido a la presencia en el tabaco de la nicotina que es una sustancia altamente adictiva,  explica la doctora Elba.

Ello hace que las personas quieran consumir cada vez más este producto. Piensan que fumar les va a reducir la ansiedad o el estrés y es al contrario.  No pueden dejar de hacerlo porque sienten mucha ansiedad si no lo hacen. Cuando les falta el cigarro lo que quieren es seguir fumando.

Se conoce que el tabaco tiene más de 7 mil sustancias tóxicas, y cancerígenas que producen determinadas enfermedades en el organismo. Su órgano de choque es el pulmón, y el cáncer en este órgano es lo más frecuente, pero también puede originar cáncer de boca, de laringe, faringe, de mama, de útero, o sea en diferentes localizaciones, porque esas sustancias pasan a través del pulmón a la sangre y llegan a diferentes órganos.

También el cigarro es causa de gastritis, úlceras, lesiones en la boca, gingivitis y causa otros problemas como el cambio de coloración de los dedos de las manos, de las uñas y de los dientes, cuando es un fumador reiterado, todas son afectaciones a la salud y a la estética de las personas.

¿Hablar de beneficios?

Nuestro país ha desarrollado a lo largo de los años muchas estrategias para que las personas dejen de fumar, desde informarle a la población sobre los daños que provoca, pero también de los beneficios que trae a la salud no fumar. Se dice que a los 20 minutos de dejar de fumar se estabiliza la frecuencia cardiaca del fumador y se reduce su hipertensión arterial; a los 21 días puede tener su organismo desintoxicado de la sustancia adictiva y del monóxido de carbono que también se produce y hace daños al organismo.

El sistema de salud tiene varios niveles a los que se puede acudir si se desea abandonar el hábito

Al eliminarse el consumo comienza un proceso de desintoxicación del organismo, es importante que se conozca que la persona va a poder hacer actividad física sin cansarse ni tener falta de aire, su organismo se va a ir recuperando y las posibilidades de padecer una enfermedad cardiaca, respiratoria o un cáncer se van a reducir a lo largo del tiempo a medida que es mayor la abstinencia.,

¿Y dónde puede acudir el fumador para deshabituarse?

El sistema de salud tiene varios   niveles a los que el paciente que desea abandonar el hábito puede acudir. El `primer nivel es el consultorio del médico de familia quien está capacitado para darle la consejería a todo paciente que desee dejar de fumar.

Técnicamente aplica la estrategia de las tres A: Averiguar si el paciente fuma y cómo es su consumo, Animar a que lo abandone y decirle los beneficios de esa decisión, y Asesorar, que puede ser la elaboración de un plan junto con el paciente y orientarle medidas para que pueda llevar a cabo el abandono del hábito.

Es un proceso en el cual el paciente va preparándose:  le dice a amigos y familiares que quiere dejar de fumar para que lo apoyen; si tiene a alguien cercano que fuma pedirle que no lo haga delante de él, eliminar los ceniceros, las cajetillas de cigarros cuando llegue el día de dejar de fumar, es decir, evitar los detonantes que le provocan la adicción.

El fumador tiende a asociar el consumo de cigarros con determinadas costumbres como hacerlo después de comer, o cuando se toma una taza de café todo eso hay que evitarlo para que no se provoque el deseo de fumar. Es importante también comenzar a realizar actividades físicas, hacer ejercicios respiratorios, tomar tomar agua o abundantes líquidos chupar un caramelo, algo que lo distraiga y vaya prolongando ese tiempo de un cigarro a otro lo que ayuda a ir reduciendo el consumo diario, a lo mejor se fumaba 20 cigarrillos y cuando va aplicando estas medidas va disminuyendo hasta que llega un día y puede hacer la ruptura y decir: “Ya no voy a fumar”.

Si tiene una recaída, es un desliz que no significa retomar el hábito, si retoma las medidas podrá evitar caer de nuevo en el consumo.

Otro nivel de atención son los servicios de cesación tabáquica que deben existir en cada municipio, en el área de rehabilitación, donde un equipo multidisciplinario se ocupa de las personas que quieran dejar de fumar. Un psicólogo hace una valoración para saber el grado de dependencia y de motivación y le da determinadas orientaciones; también está el especialista de medicina natural y tradicional que aplica determinadas terapias para ayudarlo en la ansiedad; el fisioterapeuta que indica ejercicios respiratorios, y la consejería a cargo del especialista de promoción de salud que lo puede orientar, porque las personas tienen que saber que fumar daña su salud, pero también la de quienes lo rodean.

Debe existir una valoración clínica que puede aportarla el médico u otro especialista que forme parte del equipo multidisciplinario para conocer el estado general del organismo del fumador, si es un paciente hipertenso si padece alguna enfermedad respiratoria, si es asmático o si el fumar le ha producido una enfermedad pulmonar obstructiva crónica, es decir, una valoración clínica del paciente para a partir de ahí desencadenar todo un tratamiento.

Un gran peso en el tratamiento lo tiene la valoración y el apoyo psicológico que se les da a estas personas, mediante una terapia individual o grupales, estas últimas que tienen mayor efectividad porque en el grupo se apoyan unos a otros.

Hay un tercer nivel al que se recurre cuando el fumador se ha sometido a determinados tratamientos y no resuelve que es el servicio de salud mental a nivel de municipio donde se atienden las adicciones. En resumen, esa es la ruta que puede recorrer el que desea deshabituarse: médico de familia, policlínico y servicio de salud mental.

Ambientes libres de humo

Un aspecto en el que debemos trabajar con mayor intensidad y ayuda a que los fumadores abandonen la adicción son los ambientes libres de humo.

Recientemente recibimos una visita de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) donde se hicieron varios encuentros de sensibilización y capacitación sobre el tema tanto para especialistas de la salud como de otros sectores.

Las personas piensan que están actuando en este sentido cuando salen a fumar a un pasillo o a un área dentro del centro de trabajo, pero se ha estudiado y evidenciado científicamente que los ambientes libres de humo tienen que ser al cien por ciento. No hay una estructura, una pared que impida que el humo afecte a otras personas.

Somos más los que no fumamos que los que fuman, y debemos defender nuestro derecho a que no se fume a nuestro lado. Salud Pública, por ejemplo, tiene la resolución 135 que prohíbe fumar en sus instituciones. Hay que trabajar para que se conozcan estas regulaciones que tienen también otros organismos para que se cumplan, y así evitar que se afecten no solo las personas saludables sino las que tienen enfermedades no trasmisibles del corazón, diabetes u otras, o las de mayor riesgo como los niños y embarazadas. Tenemos que cuidar a la familia y a nuestros seres queridos.

Las normativas están a nivel de los colectivos laborales, pero hay que llevar estos ambientes libres de humo al hogar. Hay quienes no permiten que una visita fume dentro de la casa, le piden que salgan afuera.

Se habla inclusive de un “humo de tercera mano”: la exposición al humo del cigarro ajeno es un humo de segunda mano y el de tercera mano que es el que deja el fumador dentro de la habitación, las partículas que contiene se quedan impregnadas en cortinas, cojines… y pueden afectar al que venga después de que el fumador se haya marchado.

Es importante que las personas estén en espacios saludables, en un restaurante, un hotel, todos los organismos están trabajando en función de ello.

Palabras clave:

fumar, adiccion, cigarro

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