Entre el ajetreo cotidiano del municipio cienfueguero de Rodas, el hogar materno ubicado en el policlínico Raúl Suárez Martínez se alza como un remanso de tranquilidad y atención especializada para aquellas mujeres grávidas con varios factores de riesgo que hacen de su embarazo un camino lleno de cuidados.
«Recibimos a embarazadas referidas por los equipos básicos de Salud de todo el territorio. Las clasificamos según su nivel de riesgo en tres áreas diferenciadas: amenaza de parto prematuro, preeclampsia y adolescentes», explica la doctora Iliana López Cuéllar, especialista en Medicina General Integral, máster en Atención Integral a la Mujer y facilitadora en los servicios de Obstetricia.
Añade que actualmente tienen las 15 camas ocupadas, incluyendo dos jóvenes gestantes a quienes brindan educación especializada, pues la adolescencia, aunque es un factor de riesgo no modificable, sí es posible minimizar sus complicaciones con un seguimiento sistemático.
El hogar forma parte de una red más amplia que incluye dos policlínicos; el Raúl Suárez Martínez y el Reynaldo Naranjo Leiva, de Cartagena (localidad rural cercana a la cabecera municipal de Rodas) y 36 consultorios del Médico de la Familia, todos con cobertura completa de profesionales.
EL LOGRO DE MANTENER LA TASA DE MORTALIDAD INFANTIL EN CERO
«En Rodas están registradas 141 embarazadas, de las cuales 18 son de alto riesgo. Nuestro mayor logro es mantener la tasa de mortalidad infantil en cero, con solo cuatro casos de bajo peso al nacer. Las 15 gestantes adolescentes reciben atención especial por todos los riesgos que se derivan del embarazo en esta etapa, tanto para la futura madre como para su bebé», precisó la doctora Yanet Montelier Pérez, directora municipal de Salud.
El municipio, con más de 30 000 habitantes, ha obtenido estos resultados gracias a un trabajo multisectorial, en el cual el equipo básico de Salud juega un papel protagónico: «No es solo tarea de nuestro sector. Trabajamos el riesgo reproductivo preconcepcional para que las mujeres conciban en el momento óptimo y así evitar complicaciones», comparte Montelier Pérez.
HISTORIAS CON ROSTRO HUMANO
En una de las habitaciones del Hogar Materno, Yanet Enrique Hernández, de 31 años y con 38 semanas de gestación, espera con calma su segundo parto. Afirma, mientras acaricia su vientre, que «la atención aquí es muy buena. Me siento segura y bien cuidada».
A su lado, Jennifer Soto López, primeriza de 23 años, procedente de Cartagena, asiente con una sonrisa y comenta que aquí le han enseñado mucho sobre cómo cuidarse y qué esperar durante el parto. Las enfermeras son muy pacientes con nosotras, dice.
Cercana también, se encuentra María Karla Pardo García, una adolescente de 15 años que con timidez comentó a este reportero de las esmeradas atenciones recibidas en este hogar, donde la han acogido como en casa. Asimismo, mantiene la esperanza de continuar sus estudios después de dar a luz.
Para Mariela Cárdenas Juvier, enfermera supervisora del centro, estas palabras son el mejor reconocimiento: «Nuestra mayor satisfacción es ver a cada una de estas mujeres llegar a un parto feliz y regresar a casa con su bebé sano en brazos».
El Hogar Materno de Rodas representa un ejemplo de cómo, incluso en condiciones complejas, es posible brindar una atención de calidad.
Mientras las horas pasan, la felicidad de las futuras madres se mezcla con los consejos de las especialistas, junto a las actividades culturales que allí se realizan, y de esa manera protegen esas vidas que están por venir.
En Rodas, la salud materno–infantil es el compromiso diario que se vive cama por cama, sonrisa por sonrisa.
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