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El prometedor vuelo de la nefrología intervencionista

El hospital provincial clínico-quirúrgico Lucía Íñiguez Landín tiene un departamento dedicado a la nefrología intervencionista. Se fundó a principios de enero del actual año, y ha atendido a cerca de un centenar de pacientes holguineros y de las provincias de Santiago de Cuba y Las Tunas.

Así lo comentó, pausadamente, el médico nefrólogo Lázaro Ibraín Cobiellas Carballo, quien va camino a cumplir los 30 años de edad y dice tener suficientes razones para aseverar que, en el centro asistencial, creen y apoyan a los jóvenes.

«La nefrología intervencionista es una subespecialidad de la nefrología. Se dedica específicamente a garantizar el acceso para la hemodiálisis y la diálisis peritoneal, mediante procedimientos quirúrgicos, con el fin de colocar catéteres. De igual modo, propicia la realización de biopsias renales de riñones nativos o de injertos».

Debido a que América Latina quedó rezagada en la aplicación de esas técnicas, la Sociedad Internacional de Nefrología presentó en 2022 una convocatoria, a través de un programa de becas, con el que se cubre la estancia por un periodo de hasta tres meses en un centro de formación especializada.

Lázaro resultó uno de los 15 candidatos escogidos. En ello influyó su currículo profesional, del cual no hubo duda durante el tiempo del entrenamiento realizado en el Instituto de Cardiología de Ciudad de México, institución que también es la cúspide de la nefrología en aquella nación, y única allí avalada hasta aquel momento para preparar a los seleccionados.

LO QUE SE APRENDE SE TRANSMITE

Lázaro retornó a Holguín en febrero de 2023. Sostenía el propósito de aplicar, inmediatamente, lo aprendido, y contribuir a la formación de otros especialistas; una idea que, a la par de contar con el total respaldo de los directivos del Lucía Íñiguez, tomó tanto vuelo que, en septiembre del mismo año –durante la primera quincena–, en coordinación con la Sociedad Internacional de Nefrología, en el hospital se desarrolló el primer curso cubano de la subespecialidad.

«Junto a especialistas de México y Ecuador, integré el equipo de profesores. Los alumnos fueron 35, procedentes de centros hospitalarios de Holguín, Las Tunas, Cienfuegos, Matanzas, La Habana y Pinar del Río.  Tuvimos una semana de entrenamiento teórico mediante un curso en línea. La otra transcurrió en salones».

De la validez del curso habla la decisión de la Sociedad Internacional de Nefrología de inscribirlo como uno de sus programas de embajadores educacionales.

Con estos argumentos, sin que lo abandone la modestia, plantea que la subespecialidad de nefrología intervencionista, con bases teóricas y prácticas reales, surge en Cuba, en Holguín.

 

ACCESO VASCULAR SEGURO

Los catéteres para hemodiálisis, que ahora colocan en los pacientes, duran hasta más de dos años, con lo que se sustituyen los que solo se usan durante 14 días. Poseen una especie de cierre que reduce considerablemente el riesgo de infección.

«Por el tiempo de uso, solo se emplea una vena, y no hay que agotar otras. Si se agotan las del cuello, hay que recurrir a las venas femorales. Al suceder así, sobreviene un conflicto, porque si el paciente requiere de un trasplante, no se le puede realizar, situación que tiene implicaciones serias para su pronóstico», argumentó Cobiellas Carballo.

Lo ideal, agregó, es que los pacientes entren a hemodiálisis con una fístula, que es una cirugía ejecutada en el brazo, para unir una arteria con una vena. Es un paso para conectarse a la máquina. Muchos llegan de pronto, sin saber que tienen insuficiencia renal y necesitan comenzar de inmediato con las hemodiálisis. De realizar la intervención quirúrgica, habría que esperar tres meses para comenzar la hemodiálisis, que es posible realizar tan pronto como se les coloca el catéter, continuó el médico.

Igualmente, hay impacto en lo estético: la parte externa de estos catéteres tiene salida hacia la clavícula, y se puede ocultar con mayor facilidad en la ropa. En los usados anteriormente, sale hacia arriba, y puede hacerse visible parcialmente en la región del cuello, algo que no desean mucho los que padecen los trastornos renales.

En cuanto a los catéteres de largo uso, aclaró Lázaro que hoy disponen de cantidades suficientes en las reservas.

 

NUEVO PROCEDER PARA RETOMAR LAS DIÁLISIS PERITONEALES

Lázaro explicó que después de retornar de un segundo entrenamiento en México, a principios de este año, en Holguín las diálisis peritoneales se realizan mediante un método menos invasivo que el empleado décadas atrás.

«En la etapa inicial, cuando Cuba fue calificada en Latinoamérica como pionera en las diálisis peritoneales, para colocar un catéter se hacía una incisión en el abdomen. Hoy, solo se abre un mínimo segmento de piel, y el catéter se pincha en la cavidad abdominal y se puede utilizar enseguida. Cuando se hacía el otro procedimiento, había que esperar dos semanas».

La diálisis peritoneal, subrayó, alcanza tan buenos resultados como la hemodiálisis: el catéter se adhiere a la piel y se mantiene de forma permanente; a través de él se infunde en el abdomen un líquido especial llamado dialisol, y el peritoneo, que es una membrana abdominal, actúa como filtro en el momento en que deja salir las toxinas con el líquido.

Refirió que es un procedimiento menos costoso que la hemodiálisis, porque no requiere de máquinas especiales. El paciente, una vez que se le ha colocado el catéter peritoneal, se lo puede hacer unas tres veces diarias en su casa, bajo estrictas normas de higiene.

Es la razón por la que se han propuesto entrenar a los enfermos en periodos de 14 días, tras lo cual los evaluarán para certificar su preparación. Los que estén listos, podrán actuar por sí mismos. El dialisol lo suministrará el hospital. Ahora es importado, pero existe la intención, dice, de reanudar su producción en Santiago de Cuba, en una planta por reabrir.

«Luego de la COVID–19, estamos viviendo un alza de pacientes con enfermedad renal terminal. Hoy, en este hospital, la incidencia prácticamente es de uno por día. Aunque aquí se ha invertido en el mejoramiento de la Sala de Hemodiálisis y en la adquisición de nuevas y costosas máquinas para ese procedimiento, hay que pensar en la posibilidad de que esos equipos no alcancen en algún momento, por lo que crece la importancia de las diálisis peritoneales».

 

CREAR, PARA BENEFICIO DE LOS PACIENTES

El Departamento de Nefrología Invasiva, recién creado, dispone de un salón pequeño, a modo de quirófano, en el que se colocan los catéteres. O sea, ya no hay que depender del conjunto de quirófanos del hospital, por lo general ocupados casi de forma permanente.

Está equipado con los medios imprescindibles para realizar las técnicas aprendidas y aún no dispone de equipo de ultrasonido, problema que se ha resuelto –hasta ahora– mediante la colaboración de los que emplean otros departamentos o especialidades médicas del centro.

Si esto último es una muestra de la colaboración con la que se debe arremeter contra carencias materiales, allí se aspira a contar con un medio de ese tipo, propio, para evitar ciertas zozobras cuando llegan pacientes con complicaciones renales que reclaman procedimientos urgentes.

El ultrasonido, por ejemplo, es básico en el caso de una hemodiálisis, para colocar con precisión los catéteres en venas profundas, debajo de músculos y cercanas a estructuras anatómicas importantes. Así se evitan punciones innecesarias que ofrecen mayor riesgo de sangrado y hematomas.

En cuanto a las biopsias renales, el equipo de ultrasonido permite observar los dos riñones para determinar cuál tiene mejores características, y elegir el sitio para puncionar. Asimismo, facilita la toma de muestra en tiempo real, cosa que antes no se hacía allí.

Hechas las precisiones, Lázaro admite que espera con expectación la realización del Congreso Cubano de Nefrología, previsto para marzo venidero en la capital del país. La última edición del cónclave fue en 2018, y de entonces acá, la especialidad ha reportado novedades científicas sobre las que se discutirá.

De igual forma, tiene la mirada en la etapa precongreso, en la que se efectuará en el Instituto de Cardiología, en La Habana, un curso sobre nefrología intervencionista que se ha acordado entre la parte cubana y el Grupo que atiende ese tema en México, y la Sociedad Latinoamericana de Nefrología e Hipertensión. Él estará entre los profesores.

Palabras clave:

vuelo, nefrología, intervencionista

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