Con el objetivo de reducir la morbilidad en el territorio nacional y fortalecer las acciones para lograr una esperanza de vida saludable en la población cubana, el Ministerio de Salud Pública (Minsap) retomó, en este 2022, la Estrategia nacional para la prevención y el control de las enfermedades no transmisibles (ENT) y sus factores de riesgo.
El ministro de Salud Pública, doctor José Angel Portal Miranda, señaló que los disímiles retos que trajo consigo el enfrentamiento a la COVID-19 condujeron a los sistemas sanitarios de los diferentes países a hacer del virus el centro de casi todas sus acciones, por lo que desde ese momento quedaron en suspenso muchas estrategias encaminadas a contrarrestar los riesgos que implican enfermedades no transmisibles.
«Cuba no ha estado exenta de esa realidad. Tras más de dos años de duro batallar contra el virus, y en momentos en que podemos hablar de un control de la situación epidemiológica asociada a la COVID-19 en todo el país, desde el Sistema Nacional de Salud se retoman acciones previamente definidas para prevenir y tratar enfermedades que también constituyen graves amenazas para la vida de nuestro pueblo», agregó.
Tal es el caso de las ENT y sus factores de riesgo, teniendo en cuenta que están ubicadas entre las principales causas de muerte en Cuba.
Es por ello –afirmó– que resulta impostergable reordenar las medidas encaminadas al control de dichas enfermedades, aglutinadas en una estrategia que se pretendía comenzar a implementar en 2020, lo cual resultó imposible concretar debido a la situación originada por la pandemia.
Explicó el titular de Salud Pública que la Estrategia nacional para la prevención y el control de las ENT y sus factores de riesgo –elaborada y aprobada por el Minsap para el periodo 2020-2025, y retomada en el actual año 2022– tiene como objetivo esencial reducir la morbilidad, mortalidad prematura y discapacidad causadas por las ENT, mediante el abordaje integral de los factores protectores y de riesgo, para el mejoramiento de la calidad de vida de la población.
«La Estrategia apunta, ante todo, a la esperanza de vida saludable, un principio que asumimos en Cuba en el quehacer diario y al cual no vamos a renunciar, como sostén del socialismo próspero y sostenible por el que trabajamos en todos los ámbitos», significó.
Al respecto puntualizó que esta consta de cuatro líneas de acción: legalidad, intersectorialidad y gestión integrada; promoción de salud y prevención de las enfermedades no transmisibles con participación comunitaria; servicios de Salud; y vigilancia, evaluación e investigación, utilizando la informática y los argumentos económicos.
INCIDENCIA DE LAS ENFERMEDADES NO TRANSMISIBLES EN CUBA
Durante su intervención, José Angel Portal Miranda informó que, de acuerdo con la más reciente Encuesta Nacional de Salud, llevada a cabo en el periodo 2018-2020 por el Instituto Nacional de Higiene, Epidemiología y Microbiología, la población cubana presenta importantes problemas de salud asociados a las ENT, cuyo comportamiento puede ser modificado si se cambian hábitos de vida y se trabaja desde todos los sectores.
Precisó que nueve de las diez primeras causas de muerte en el país –excepto las provocadas por influenza y neumonía– están enmarcadas en el grupo de las enfermedades crónicas no transmisibles y otros daños, representando más de 80 % de las defunciones anuales, por lo que estos padecimientos son la principal causa de morbilidad, mortalidad y discapacidad entre la población cubana.
De acuerdo con la información recogida en el Anuario Estadístico del Minsap del año 2022, citó el Ministro, las principales causas de muerte en Cuba responden a: enfermedades del corazón; tumores malignos; enfermedades cerebro vasculares; influenza y neumonía; accidentes; enfermedades de las arterias, arteriolas y vasos capilares; enfermedades de las vías respiratorias inferiores; lesiones autoinfligidas intencionalmente; diabetes mellitus; cirrosis y otras enfermedades crónicas del hígado.
«Si tomamos como referencia 2019 –para no asociar la muerte con la COVID-19, que entre 2020 y 2021 provocó más de 8 500 fallecimientos– por enfermedades cardiovasculares murieron en Cuba 36 744 personas; por cáncer, 25 035; por enfermedades respiratorias crónicas, 4 310; y por diabetes mellitus, 2 313», ilustró.
Asimismo, añadió que el 63 % de los cubanos que fallecieron en ese año lo hicieron por esas cuatro condiciones, y un tercio del total, por enfermedades cardiovasculares.
El titular hizo énfasis también en los efectos del tabaquismo, que en Cuba hoy constituye uno de los principales factores de riesgo para enfermedades no transmisibles.
Actualmente, dijo, tenemos la segunda tasa más elevada de tabaquismo de la región de las Américas, solo precedidos por Chile. A los graves efectos de este nocivo hábito se atribuye el 22 % de las muertes por cardiopatía isquémica y el 16 % de los fallecidos por accidentes cerebrovasculares. El tabaco incide, además, en el 75 % de las muertes por cáncer de pulmón y en el 55 % de los decesos por enfermedades respiratorias crónicas.
Con especial atención se refirió a la hipertensión arterial, cuya prevalencia en Cuba se estima en alrededor del 50 % o más de la población adulta. En ese sentido, alertó sobre el incremento de la prevalencia de niños y adolescentes hipertensos, como consecuencia de la ola pandémica de obesidad que se presenta con una fuerza creciente en ese segmento de la población.
LA PREVENCIÓN: TAREA DE TODA LA SOCIEDAD
Ante la incidencia de las enfermedades no transmisibles, advirtió el Ministro que «la urgencia con que demanda ser atendido este problema no es motivo para la improvisación ni la superficialidad. El enfrentamiento a las enfermedades no transmisibles es un asunto que va más allá del sector de la Salud, y resolverlo demanda del hacer de todos en la sociedad».
Para ello, subrayó, se requiere mayor rigor en la atención primaria, basada en el Programa del médico y la enfermera de la familia, como una de las grandes fortalezas para consolidar las acciones contenidas en la Estrategia; y perfeccionar el ingreso en el domicilio y el desarrollo de la concepción y los cuidados paliativos.
Remarcó que, dentro de la Estrategia, se le dará mayor prioridad en los hospitales a un modelo organizacional encaminado al manejo clínico del enfermo crónico complejo, por lo general envejecido.
Vital para que la meta trazada tenga éxito resulta, entre otros elementos, el trabajo en la base, la prevención, el rol de las universidades de Ciencias Médicas en la producción y reproducción de los conocimientos, y el complemento con investigaciones novedosas desde la industria biotecnológica y farmacéutica nacional, como los diversos proyectos y productos innovadores que se desarrollan en varias instituciones de BioCubaFarma.
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