Los protocolos cubanos están encaminados a hacer un uso más racional de las pruebas diagnósticas, informó el ministro de Salud Pública, José Angel Portal Miranda, a través de sus cuentas en redes sociales.
La decisión se sustenta en el contexto actual, cuando los contagios por COVID-19 baten récords insospechados en el mundo, asociados, principalmente, a la prevalencia de Ómicron; a la circulación de virus respiratorios como Influenza a, Coronavirus endémico 229E, OC43 y otros, lo cual ha traído un incremento abrupto de personas con infecciones respiratorias.
En consecuencia, puntualizó, en Cuba los estudios se destinan, esencialmente, a personas con síntomas de la enfermedad o infección respiratoria aguda sugestiva de la COVID-19, siguiendo el criterio médico en las consultas en las instituciones de Salud.
Tienen prioridad los menores de dos años de edad, las gestantes y las puérperas, así como los pacientes de grupos de riesgo con comorbilidades y otros que, por su vulnerabilidad, tengan más posibilidades de transitar hacia formas graves de la enfermedad.
Dijo que ya no se realizan pruebas diagnósticas a los contactos de casos positivos que no presenten síntomas de la COVID-19, lo que se ajusta a las recomendaciones de la oms.
«Si bien es cierto que con este protocolo de actuación pudieran no diagnosticarse todos los enfermos, y se modificarían las estadísticas del país en cuanto a índices, incidencia del virus y otros, las recomendaciones mundiales y el comportamiento actual de la epidemia no justifican realizar estudios en la población de forma general», afirmó Portal Miranda.
«La evaluación sistemática del comportamiento del virus irá guiando el camino de las acciones para implementar. Así ha sido en el transcurso de toda la epidemia en Cuba», añadió.
Pruebas, diagnosticas, epidemiológico
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