La Sociedad Cienfueguera de Enfermería, en una representación reducida como demandan los tiempos de distanciamiento sanitario, se reunió junto al busto que recuerda a Victoria Brú Sánchez, mártir de la Enfermería cubana, erigido en los predios de la Dirección Provincial de Salud.
A 102 años de su muerte, producida durante la epidemia de influenza de 1918, también declarada entonces pandemia, y de la que no escaparon Cuba y Cienfuegos en particular. Para entonces, el sistema de salud no pudo enfrentar a nivel popular la enfermedad producida por un virus de H1N1, conocido también como gripe española. Victoria Brú Sánchez se fue a los barrios más humildes de Cienfuegos, a pesquisar y encontrar a contagiados, y así contrajo la enfermedad, a consecuencia de la cual falleciera a los 42 años.
Carlos Alberto Pérez Moré, enfermero del Hospital Provincial Gustavo Aldereguía Lima, compartió en la sencilla ceremonia, una declaración de compromiso de los enfermeros cienfuegueros con la salud y la vida del pueblo, en los momentos en los que el mundo se debate ante una epidemia, como hace cien años atrás.
Un compromiso que va mucho más allá de las fronteras geográficas de este archipiélago y que es con todos aquellos que en el mundo necesiten de la enfermería cubana, de sus cuidados, de la esperanza.
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